miércoles, julio 27, 2011

AL POETA OSVALDO ULLOA SÁNCHEZ (QEPD) EN EL TERCER AÑO DE SU PARTIDA






28 DE jULIO DE 2008


Perder un amigo es algo muy doloroso, pero si este es además un poeta y el gran amigo confidente, que compartió tus momentos de alegrías y tus penas, que lo conociste mas de 24 años y que fue tu maestro de Literatura durante 5 años y te enseñó a descifrar los versos y entenderlos, que te sacó la venda de los ojos y te enseñó a amar en macro, en especial al que sufre y está en desigualdad social. la pena es mayor.


Por eso este año quiero mostrar un poco de su alma, a quienes no lo conocieron personalmente . Porque fue un privilegio conocerlo y quererlo.



TEXTO Y POEMA ESCRITO POR OSVALDO





30 Octubre 2007

"Qué dirá la gente." Osvaldo Ulloa (Chile)





Demasiado advertido por aquello de que “tienen ojos, pero no ven; tienen oídos, pero no oyen”, he querido ver y oír, no aquello que yo querría, sino lo que efectivamente está alrededor mío. No creo en el que se aparta de su tiempo. El poeta tiene que ser el cronista de su tiempo, dejar por escrito en la belleza clara u oscura de los caracteres de la gente de su tiempo y las relaciones que se entablan.


He puesto mis esfuerzos en estar consciente y lúcido para poder ver y oír. No ha resultado fácil obtener dicho estado cuando un caos ordenado a uno lo empuja a los lugares comunes y a la percepción uniformada por la percepción de moda.Me preocupa la ausencia de poetas que reflejen lo que ocurre hoy día. Dónde estan los poetas que muestren que el dinero es el nuevo dios de nuestra época, dónde están los poetas que muestren la terrible desigualdad y los millones de seres humanos que viven peor que animales.


Lo que he oído y visto lo dejo por escrito en versos que me han otorgado el placer de unir y atar palabras como gavillas de trigo.


La jornada fue fructífera para mí, por el placer que me otorgó. Si a alguien algo le dicen estos versos el éxito –horrible palabra de hoy- será completo y valió la pena el esfuerzo.






El POETA NO PARTICIPA EN LA SOCIEDAD DE CONSUMO









Qué dirá la gente si no primavera esta noche



en la fiesta-velorio



y si encima bajo los niveles de la sonrisa



porque los muertos míos no resucitan ahora.









Qué pensarán los que sienten



que paso a paso paso la vida sin marcas



sin made in usa y sin whisky del bueno



bueno, qué pensarán los que no piensan?









Seguro que hablarán mal de mí



los que gritan sus angustias por los ojos



y silencian sus llantos con frases hechas



y ellos bla-bla-bla.









Quién sabe qué cosas terribles me adjudicarán



por tan sólo estar solo



culpa de él



se lo merecía



era algo que se veía venir.









Dirán dirán mientras morirán



de vida sin vida



y yo triste queriendo algo más



sabiendo que así como están las cosas es difícil.

O. U.

De Jaime Sabines , poeta mexicano, que lo interpretaba..y nos intepreta. frente las mujeres que amó y que lo amaron




No es que muera de amor, muero de ti.





Muero de ti, amor, de amor de ti,



de urgencia mía de mi piel de ti,



de mi alma de ti y de mi boca



y del insoportable que yo soy sin ti.









Muero de ti y de mí, muero de ambos,



de nosotros, de ese,



desgarrado, partido,



me muero, te muero, lo morimos.









Morimos en mi cuarto en que estoy solo,



en mi cama en que faltas,



en la calle donde mi brazo va vacío,



en el cine y los parques, los tranvías,



los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza



y mi mano tu mano



y todo yo te sé como yo mismo.









Morimos en el sitio que le he prestado al aire



para que estés fuera de mí,



y en el lugar en que el aire se acaba



cuando te echo mi piel encima



y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,



dichosa, penetrada, y cierto, interminable.









Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos



entre los dos, ahora, separados,



del uno al otro, diariamente,



cayéndonos en múltiples estatuas,



en gestos que no vemos,



en nuestras manos que nos necesitan.









Nos morimos, amor, muero en tu vientre



que no muerdo ni beso,



en tus muslos dulcísimos y vivos,



en tu carne sin fin, muero de máscaras,



de triángulos obscuros e incesantes.



Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,



de nuestra muerte, amor, muero, morimos.



En el pozo de amor a todas horas,



inconsolable, a gritos,



dentro de mí, quiero decir, te llamo,



te llaman los que nacen, los que vienen



de atrás, de ti, los que a ti llegan.



Nos morimos, amor, y nada hacemos



sino morirnos más, hora tras hora,



y escribirnos y hablarnos y morirnos.


*