En el atardecer de ayer, agobiada por el calor extremo, caminé por el parque y recogí un pequeño ramo de jazmines...de mi arbolito...
En un vaso con agua lo puse sobre la cómoda que hay en mi habitación, frente a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús....a pesar que soy "agnóstica de temporadas" y por ”convicciones", suelo decir en voz alta, como reminiscencia de mi época de pupila e internada en las Monjas de la Casa de María, del Colegio Blas Cañas ; cuando alguna aflicción me acompaña: Sagrado Corazón de Jesús en vos confío¡ ....
No creo en las Religiones , ni en los dogmas.!
Para mi las "Divinidades" están relacionadas absolutamente, con la expresión misma y ligadas a la Madre Naturaleza, tal vez soy panteistas y me asombran cada día aquellos milagros tan maravillosamente perfectos.
Aunque creo, fehacientemente que existen seres humanos extraordinarios y luminosos, que son un tremendo aporte a la humanidad .
Luego de instalar mis florecitas, me fui a preparar la cena y lo olvidé completamente...
Sin embargo, tuve que ir a mi dormitorio a buscar un fármaco un rato después ...y para mi sorpresa:
_Oh regalo maravilloso¡ _
Con el calor y el agua contenida en el vaso, toda la habitación estaba impregnada del aroma de los jazmines.¡
De inmediato e inconscientemente cerré los ojos para disfrutarlo intensamente.
Obnubilada por su embriagador perfume algo muy extraño me sucedió ...como si mi cuerpos se desdoblara atemporalmente y me trasladara a San Felipe, a la casita de la tía Lidia, lugar donde veraneábamos todos los años con la familia.
Sentí que era otra persona.
_Juro que me vi adolescente¡ _
Sobre mi cuerpo llevaba aquella solera o vestido liviano de cuadrillé celeste y blondas blancas, , sandalias cómodas...mi largo cabello castaño claro, atado a una cinta celeste en un juvenil moño.
Allí estaba yo, por la magia del recuerdo y ese exquisito olor a flores , caminando , flotando, desplazándome fluidamente por la habitación de tía Lidia , una dama bajita, de rizado cabello blanco , encantadora , dulce hermana del Tata Luis, abuelito de mi hermana...que todos los años nos recibía en su casa ubicada en una calle provinciana de la Quinta Región , llena de acacias , en Toro Mazote 83 en San Felipe.
Nuestra familia retribuía en Santiago de igual forma , su invitación y calidez , recibiéndolos con enorme cariño m
Pude ver claramente sobre su cómoda de madera brillante y atornasolada estilo bombé, con tiradores redondos en sus cajones, un pequeño altar con las imágenes celestiales en loza de la Virgen María y en yeso del Sagrado Corazón de Jesús.
Frente a ellos y a modo de ofrenda un jarrón de porcelana fina con azucenas rosadas, jazmines y rosas tomadas de su jardín...entrelazados aromando la habitación.....
Fue un instante único, mágico, sublime!
Un extraño y maravilloso viaje al pasado!
Hoy la tía Lidia ya no está en esta dimensión ..pero si inserta, sellada a fuego en mi corazón...
Cuando abrí los ojos que estaban húmedos, cayeron de ellos unas cuantas lágrimas : mi alma estaba llena de emoción y gratitud, por aquellos felices días de la juventud y todas esas personas bellas que me habitaban.
Solo me queda, para no olvidar a mi hermana Anita y le agradezco a la vida su presencia y cariño.
Nada se de los primos Maggie y Mario hijos de la tía Lidia , mayores que nosotras.....tampoco sé de sus primos Marlén y del Jano.....de este último, estuve enamorada todos los veranos de mi adolescencia..
Se que a pesar del tiempo y la distancia están presentes..
Quisiera abrazarlos a todos ellos, y decirles que viven eternamente en mi corazón....y que el olvido..no pudo...ni podrá llevarse nada ¡.
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