Presencia del Otoño
Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Amada, tú, recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por él, amada.
No soy yo él que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.
Ausencia de amor
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
*
Salmo
No me dejes sin todo en todo
dame algún mandato
acuérdate del que cuenta las leyes de tu boca
escribe los decretos de tu dulzura
/pasa lento por tus caminos
desterrado otra vez
/siempre supe que conocerte era mi parte
serte/existirte
abrirme la lengua a tu palabra
/fundaste ya mi corazón
y la alta noche tu apartamento
tu bondad
dame algún mandato
acuérdate del que cuenta las leyes de tu boca
escribe los decretos de tu dulzura
/pasa lento por tus caminos
desterrado otra vez
/siempre supe que conocerte era mi parte
serte/existirte
abrirme la lengua a tu palabra
/fundaste ya mi corazón
y la alta noche tu apartamento
tu bondad
*
Juan Gelman