El fin de semana fue hermoso, ya que me sentí en esa deliciosa intimidad donde puedo ser libremente yo, porque estoy en mi casa tranquila, descansando del trabajo laboral de la semana, acompañada de mi con conviviente de siempre y de años. Alguien que no hace reproches, que no exige, no contesta mal, no tiene mal carácter, no cuestiona, se adecua tanto a la pobreza como a la riqueza con el mismo cariño y sólo da ternura, amor a cambio de nada. Me he dado cuenta que va envejeciendo igual que yo, detalle que se nota cuando sube la escalera para ir al segundo piso donde está nuestra habitación .
Hablo de mi entrañable y dulce Coca, compañera de almibarados y curiosos ojos negros, que junto con su cola los usa para hablarme. Situación que es altamente positiva, ya que podemos comunicarnos maravillosamente.
Este sábado debía confeccionar una manualidad muy especial, para mi Taller de Reiki 2 , taller que es es mágico. Necesité y necesité buscar en cajas y más cajas, ocultas en el altillo en las que guardo toda mi vida pasada de Educadora en Salud, además de recuerdos, fotografías, materiales diversos, cartulinas, papel lustre, gomas, lápices, témperas, tijeras, etc y cuentas ya pagadas hace milenios.
La búsqueda se prolongó gratamente, ya que me fui sorprendida por hallazgos increíbles, fotografías donde está la alegría impresa, objetos, papelitos escritos , pero sobretodo Cartas perdidas que no sabía donde estaban. Al leerlas mi corazón se endulzó y se entibió, porque eran bellas e ingeniosas, alegres. Ellas pertenecen a las de un poeta que amé mucho y fue mi mejor y más querido amigo, persona tan grata que conocía mi vida de pé a pá..
Una de las cartas la firmaba como el "Poeta Camionero" y sus consejos eran muy sinceros invitándome a "despabilarme" y no aceptar lo inaceptable. La cartas son tan sabias y sobretodo sabrosas en su contenido, que mi carcajada surgió fuerte, cristalina.
_Hace tiempo que no me reía así con tanta felicidad-
Lo más paradójico de todo es que mi amigo ya no está en este mundo, pero aún a pesar de su partida de 4 años, logra emocionarme y darme felicidad desde la eternidad...como siempre lo hizo en vida: llenar mi alma de pájaros y emociones.
Las otras cartas eran de un hombre que consideré mi gran compañero y gran amor, tenían un tono muy pasional y machista, con grandes promesas de amor, de amor eterno....el final de la lectura la terminé con un sollozo. El era ese tipo de hombre que lo daba todo cuando estaba interesado eroticamente en una mujer; pero cuando su pasión moría, cambiaba a las personas como "objetos desechables", y se sumía en una profunda amnesia. Bueno algo debió quererme porque estuvimos 19 años juntos, hasta que un día desapareció sin más palabras, sin siquiera un adiós. Volvió a a su antiguo hogar en gloria y majestad( los años pesan) y olvidó sus poemas, sus bellas cartas de amor.
Cuando Coca sintió mi sollozo espontáneo corrió a mi lado y parándose en sus patitas delantera que se afirmaron en mi falda, me miró con sus ojos profundos y hermosos.
Entonces la abracé y le dí gracias al creador por darnos este maravilloso don y consuelo: nuestras mascotas.
Hablo de mi entrañable y dulce Coca, compañera de almibarados y curiosos ojos negros, que junto con su cola los usa para hablarme. Situación que es altamente positiva, ya que podemos comunicarnos maravillosamente.
Este sábado debía confeccionar una manualidad muy especial, para mi Taller de Reiki 2 , taller que es es mágico. Necesité y necesité buscar en cajas y más cajas, ocultas en el altillo en las que guardo toda mi vida pasada de Educadora en Salud, además de recuerdos, fotografías, materiales diversos, cartulinas, papel lustre, gomas, lápices, témperas, tijeras, etc y cuentas ya pagadas hace milenios.
La búsqueda se prolongó gratamente, ya que me fui sorprendida por hallazgos increíbles, fotografías donde está la alegría impresa, objetos, papelitos escritos , pero sobretodo Cartas perdidas que no sabía donde estaban. Al leerlas mi corazón se endulzó y se entibió, porque eran bellas e ingeniosas, alegres. Ellas pertenecen a las de un poeta que amé mucho y fue mi mejor y más querido amigo, persona tan grata que conocía mi vida de pé a pá..
Una de las cartas la firmaba como el "Poeta Camionero" y sus consejos eran muy sinceros invitándome a "despabilarme" y no aceptar lo inaceptable. La cartas son tan sabias y sobretodo sabrosas en su contenido, que mi carcajada surgió fuerte, cristalina.
_Hace tiempo que no me reía así con tanta felicidad-
Lo más paradójico de todo es que mi amigo ya no está en este mundo, pero aún a pesar de su partida de 4 años, logra emocionarme y darme felicidad desde la eternidad...como siempre lo hizo en vida: llenar mi alma de pájaros y emociones.
Las otras cartas eran de un hombre que consideré mi gran compañero y gran amor, tenían un tono muy pasional y machista, con grandes promesas de amor, de amor eterno....el final de la lectura la terminé con un sollozo. El era ese tipo de hombre que lo daba todo cuando estaba interesado eroticamente en una mujer; pero cuando su pasión moría, cambiaba a las personas como "objetos desechables", y se sumía en una profunda amnesia. Bueno algo debió quererme porque estuvimos 19 años juntos, hasta que un día desapareció sin más palabras, sin siquiera un adiós. Volvió a a su antiguo hogar en gloria y majestad( los años pesan) y olvidó sus poemas, sus bellas cartas de amor.
Cuando Coca sintió mi sollozo espontáneo corrió a mi lado y parándose en sus patitas delantera que se afirmaron en mi falda, me miró con sus ojos profundos y hermosos.
Entonces la abracé y le dí gracias al creador por darnos este maravilloso don y consuelo: nuestras mascotas.
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