Para finalizar con el tema de nuestro cumpleaños con ORESTE PLATH...y "celebrar tan magno acontecimiento". Nos encontramos a mediodía en la Biblioteca Nacional y de allí tomados del brazo invadimos felices las calles del centro. Nos detuvimos abruptamente frente a una importadora, que vendía finos licores y bombones. Entusiasmado exclamó:
_¡Quiero hacerte un regalo¡ ..¡por favor elige lo que desés¡
Yo me sentía más que regalada con su presencia, con sus mimos y grata compañía. Hice un gesto con el dedo índice y le dije:
_¡ No, tu compañía es el regalo, esta salida, la invitación, el almuerzo!
El como un adolescente o como un niño insistía:
_¡Lo anhelo intensamente¡...¡ Por favor me harías muy feliz si aceptas¡
Francamente me conmovía ese hombre, era el autor de prosas y poemas, de barcos , de mares, que surcaban mi infancia, poseedor de tanta ternura, coquetería y tanta sabiduría. En la cartera le llevaba mi pequeño regalo: un dado de jade , motivada por nuestra última conversación: su libro de los juegos. Era muy difícil regalar algo a un hombre tan especial, tan ajeno a las cosas materiales y con cierto desprecio por lo superfluo, por la frivolidad. Finalmente acepté y pegados a la vitrina descubrimos de pronto, una pequeña, estilizada y geométrica botellita , que trás el cristal escondía un precioso líquido color rosado intenso, casi rubí, que escondía o guardaba un prometedor y delicioso licor, que sugería aromas y sabores, con especial nombre: "Fraise Des Bois" (Fresas del Bosque). Muy excitado por el hallazgo preguntó:
_¿ Te agrada querida?
_¡ Si, me encanta¡...pero sólo ésto!
Había vuelto a ser niña, me sentía pequeña, mimada regaloneada. ( las fresas siempre me recordaban a mi padre , cultivándolas para mí, obsequiándome la primera, porque pronto nacería su nieta, mi hija Pamela)Entusiasmado con mi actitud, con júbilo inquirió nuevamente, ya adentro del local:
_¿ De verdad te gusta y quieres sólo eso?
_¡ No..no..no basta¡ ¡Es poco para tí¡ ¿Y tus niñas? ¡Por favor llévales algo también¡
Me negué, ya era demasiado, entonces conversó con las vendededoras , que nos observaban entre pícaras y risueñas. Cuando canceló a la cajera " el licor para su novia", depositó en mis manos un hermoso y fino chocolate, envuelto en dorado papel y grandes moños de cintas. Acto seguido tomó mi brazo y entre risas y alegría, nos dirigimos a un Restaurant de comida italiana. Camino a él y en medio de la algarabía, repentinamente se detuvo , tomó mis brazos y preguntó alarmado:
__¿Crées que si nos descubre tu marido tomados del brazo nos haga un escándalo?__
_¡Si¡....¡ es terrible¡ (repuse divertida, yo me había separado dos años antes)
Volvíó a tomarme del brazo y continuamos felices, pero muy serio exclamó:
_¡Quedaste plasmada en mi, como un sello desde el primer instante que te ví!
(su coquetería me enternecía y sonreí...tiempo después una amiga poeta , me comentó que " siempre se lo decía a las damas que cortejaba", pero a mí no me importó, esa aseveración de mi amiga, igual era grata la situación)
Durante el almuerzo sus frases finas y galantes, en poético lenguaje y metáforas varias continuaron; pero en medio de una gran delicadeza. Iniciamos el almuerzo con un "Campari", para hacerle honor a mis raíces y apellido itálico; seguimos con un vino francés algo dulce, para disfrutar de las deliciosas pastas, raviolis y capellettis. Los brindis continuaron por nuestro cumpleaños...por la poesía, por los libros, por...un sin fin de cosas más. Al cabo de un rato el vino dulce y embriagador, hizo efecto: el cielo razo, las lámparas adosadas a la pared, giraban al levantar la cabeza. Yo tenía en ese tiempo "cultura alcohólica", pero todo era tan mágico y encantador., que en verdad me olvidé de los posibles estragos, además sabía que estaba con un caballero sin armadura; pero un caballero andante .Repentinamente recordé que era día Lunes, que trabajaba en una empresa de publicidad , miré mi reloj: a las 15 hras. tenía una reunión con el Jefe de Finanzas de una determinada empresa, para concretar su participación en un evento. El momento era maravilloso, pero debía recuperar la seriedad y el equilibrio. Muy angustiado Oreste , pedía café negro cargado para espantar mi maréo, hasta puso un puñado de chiclets de menta en mi mano, que en absoluto disminuían el vértigo y mis entornados ojos, felices. Lo que más me enterneció e hizo infinita gracia, fue su angustia y que insistiera en algo, que yo jamás imaginaría ni por un segundo:
__Disculpa querida, por favor, te ruego no pienses que lo hice ex profeso!_¡ No vayas, por favor, a pensar que quise "embriagarte" para una segunda intención!. Me limitaba a sonreir langui...da..mente. Cogí su fuerte brazo y señalándo con el dedo y tomando su mano exclamé:
__¡Es una deliciosa embriaguez : tiene poesía! Nos despedimos , el presa de una gran preocupación: En esa época yo era joven, vital, podía correr por la calle, hacer miles de cosas, que hoy me agotan siquiera imaginarlas. Me fui volando a mi oficina, afortunadamente cercana . Allí entré lo más disimuladamente posible , me fui directo a meter la cabeza bajo la llave de agua fría una y otra vez. Corregí el maquillaje, ordené mi cabello, bebí dos cafés más y me dirigí con mi carpeta a la entrevista con el alma tibia y los "ojos llenos de estrellas"...así lo mencionó el entrevistado, que además de encantador...era poeta.
Nunca olvidaré la ternura y la dulzura de Oreste Plath, nacido en Santiago de Chile un 13 de Agosto de 1907 ....ciudad que lo vió partir un 24 de Julio de 1996.... Creo que siempre recordaré, mientras viva, en cada cumpleaños a ese amigo tan especial e inolvidable, impreso en mis libros de lectura primera y en mi retina de mujer adultos."
LOS AFEITES DE NUESTRAS ABUELAS
(ORESTE PLATH)
De españa llegaron los primeros espejos para que nuestras abuelas se "emperifollaran", "se arreglaran". Y Lima nos envió los cosméticos dieciocheros que otrora se llamaron "ronche y blanche".
¿Cómo se acicalaban nuestras abuelas?. Los ojos "cateadores" , se tronaban hechiceros, por medio del tizne de corcho quemado, se volvían más románticos con los párpados obscuros y las ojeras profundas.
La "manito de gato" exigía "blanquetearse" con solimán fino, tambien llamado "blancaperla", y que no es otro que oxido de zinc. Este aspecto del aderezo era muy importante, no era muy bien mirado ser morena , ni ligeramente tostada.
Un preparado de belleza de nuestras abuela eran botones de cocha de perla , disueltos en jugo de limón, cuyo líquido hacía desaparecer las pecas, y era a la vez, un esmalte para el rostro y dicen que servían para atenuar" las patas de gallo".
Las arrugas, eran vencidas, con clara de huevo.
Antes de aplicarse los polvos , se preparaba el rostro, con glicerina, agua de rosas y benjuí. Los polvos eran todos blancos y se "desparramaban", con preferencia en la cara, porque la mayoría no se empolvaba el cuello".
Muy populares fueron los libritos con hojas empolvadas. Polvos y agua de Florida , se expendían en las "boticas" y en los "baratillos de turcos".
El vinagrillo de rosas, el "carmín", o un papel rojo ( muchas veces del empapelado), humedecido sobre los labios, reemplazaba al "colorete". Después se habló y se abusó del "Rojo de la India", que dejaba carmesí los labios y las mejillas.
La cabellera era la más grande preocupación . Se lavaban el cabello con agua de quillay, a imitación de las indias mapuches . Conocián además las cualidades del huevo, el limón, que reemplazan a todos los champúes de hoy. (Fragmento de un texto del libro"Barajas de Chile", editorial grijalbo, 1998)
( puede continuar ....)
_¡Quiero hacerte un regalo¡ ..¡por favor elige lo que desés¡
Yo me sentía más que regalada con su presencia, con sus mimos y grata compañía. Hice un gesto con el dedo índice y le dije:
_¡ No, tu compañía es el regalo, esta salida, la invitación, el almuerzo!
El como un adolescente o como un niño insistía:
_¡Lo anhelo intensamente¡...¡ Por favor me harías muy feliz si aceptas¡
Francamente me conmovía ese hombre, era el autor de prosas y poemas, de barcos , de mares, que surcaban mi infancia, poseedor de tanta ternura, coquetería y tanta sabiduría. En la cartera le llevaba mi pequeño regalo: un dado de jade , motivada por nuestra última conversación: su libro de los juegos. Era muy difícil regalar algo a un hombre tan especial, tan ajeno a las cosas materiales y con cierto desprecio por lo superfluo, por la frivolidad. Finalmente acepté y pegados a la vitrina descubrimos de pronto, una pequeña, estilizada y geométrica botellita , que trás el cristal escondía un precioso líquido color rosado intenso, casi rubí, que escondía o guardaba un prometedor y delicioso licor, que sugería aromas y sabores, con especial nombre: "Fraise Des Bois" (Fresas del Bosque). Muy excitado por el hallazgo preguntó:
_¿ Te agrada querida?
_¡ Si, me encanta¡...pero sólo ésto!
Había vuelto a ser niña, me sentía pequeña, mimada regaloneada. ( las fresas siempre me recordaban a mi padre , cultivándolas para mí, obsequiándome la primera, porque pronto nacería su nieta, mi hija Pamela)Entusiasmado con mi actitud, con júbilo inquirió nuevamente, ya adentro del local:
_¿ De verdad te gusta y quieres sólo eso?
_¡ No..no..no basta¡ ¡Es poco para tí¡ ¿Y tus niñas? ¡Por favor llévales algo también¡
Me negué, ya era demasiado, entonces conversó con las vendededoras , que nos observaban entre pícaras y risueñas. Cuando canceló a la cajera " el licor para su novia", depositó en mis manos un hermoso y fino chocolate, envuelto en dorado papel y grandes moños de cintas. Acto seguido tomó mi brazo y entre risas y alegría, nos dirigimos a un Restaurant de comida italiana. Camino a él y en medio de la algarabía, repentinamente se detuvo , tomó mis brazos y preguntó alarmado:
__¿Crées que si nos descubre tu marido tomados del brazo nos haga un escándalo?__
_¡Si¡....¡ es terrible¡ (repuse divertida, yo me había separado dos años antes)
Volvíó a tomarme del brazo y continuamos felices, pero muy serio exclamó:
_¡Quedaste plasmada en mi, como un sello desde el primer instante que te ví!
(su coquetería me enternecía y sonreí...tiempo después una amiga poeta , me comentó que " siempre se lo decía a las damas que cortejaba", pero a mí no me importó, esa aseveración de mi amiga, igual era grata la situación)
Durante el almuerzo sus frases finas y galantes, en poético lenguaje y metáforas varias continuaron; pero en medio de una gran delicadeza. Iniciamos el almuerzo con un "Campari", para hacerle honor a mis raíces y apellido itálico; seguimos con un vino francés algo dulce, para disfrutar de las deliciosas pastas, raviolis y capellettis. Los brindis continuaron por nuestro cumpleaños...por la poesía, por los libros, por...un sin fin de cosas más. Al cabo de un rato el vino dulce y embriagador, hizo efecto: el cielo razo, las lámparas adosadas a la pared, giraban al levantar la cabeza. Yo tenía en ese tiempo "cultura alcohólica", pero todo era tan mágico y encantador., que en verdad me olvidé de los posibles estragos, además sabía que estaba con un caballero sin armadura; pero un caballero andante .Repentinamente recordé que era día Lunes, que trabajaba en una empresa de publicidad , miré mi reloj: a las 15 hras. tenía una reunión con el Jefe de Finanzas de una determinada empresa, para concretar su participación en un evento. El momento era maravilloso, pero debía recuperar la seriedad y el equilibrio. Muy angustiado Oreste , pedía café negro cargado para espantar mi maréo, hasta puso un puñado de chiclets de menta en mi mano, que en absoluto disminuían el vértigo y mis entornados ojos, felices. Lo que más me enterneció e hizo infinita gracia, fue su angustia y que insistiera en algo, que yo jamás imaginaría ni por un segundo:
__Disculpa querida, por favor, te ruego no pienses que lo hice ex profeso!_¡ No vayas, por favor, a pensar que quise "embriagarte" para una segunda intención!. Me limitaba a sonreir langui...da..mente. Cogí su fuerte brazo y señalándo con el dedo y tomando su mano exclamé:
__¡Es una deliciosa embriaguez : tiene poesía! Nos despedimos , el presa de una gran preocupación: En esa época yo era joven, vital, podía correr por la calle, hacer miles de cosas, que hoy me agotan siquiera imaginarlas. Me fui volando a mi oficina, afortunadamente cercana . Allí entré lo más disimuladamente posible , me fui directo a meter la cabeza bajo la llave de agua fría una y otra vez. Corregí el maquillaje, ordené mi cabello, bebí dos cafés más y me dirigí con mi carpeta a la entrevista con el alma tibia y los "ojos llenos de estrellas"...así lo mencionó el entrevistado, que además de encantador...era poeta.
Nunca olvidaré la ternura y la dulzura de Oreste Plath, nacido en Santiago de Chile un 13 de Agosto de 1907 ....ciudad que lo vió partir un 24 de Julio de 1996.... Creo que siempre recordaré, mientras viva, en cada cumpleaños a ese amigo tan especial e inolvidable, impreso en mis libros de lectura primera y en mi retina de mujer adultos."
LOS AFEITES DE NUESTRAS ABUELAS
(ORESTE PLATH)
De españa llegaron los primeros espejos para que nuestras abuelas se "emperifollaran", "se arreglaran". Y Lima nos envió los cosméticos dieciocheros que otrora se llamaron "ronche y blanche".
¿Cómo se acicalaban nuestras abuelas?. Los ojos "cateadores" , se tronaban hechiceros, por medio del tizne de corcho quemado, se volvían más románticos con los párpados obscuros y las ojeras profundas.
La "manito de gato" exigía "blanquetearse" con solimán fino, tambien llamado "blancaperla", y que no es otro que oxido de zinc. Este aspecto del aderezo era muy importante, no era muy bien mirado ser morena , ni ligeramente tostada.
Un preparado de belleza de nuestras abuela eran botones de cocha de perla , disueltos en jugo de limón, cuyo líquido hacía desaparecer las pecas, y era a la vez, un esmalte para el rostro y dicen que servían para atenuar" las patas de gallo".
Las arrugas, eran vencidas, con clara de huevo.
Antes de aplicarse los polvos , se preparaba el rostro, con glicerina, agua de rosas y benjuí. Los polvos eran todos blancos y se "desparramaban", con preferencia en la cara, porque la mayoría no se empolvaba el cuello".
Muy populares fueron los libritos con hojas empolvadas. Polvos y agua de Florida , se expendían en las "boticas" y en los "baratillos de turcos".
El vinagrillo de rosas, el "carmín", o un papel rojo ( muchas veces del empapelado), humedecido sobre los labios, reemplazaba al "colorete". Después se habló y se abusó del "Rojo de la India", que dejaba carmesí los labios y las mejillas.
La cabellera era la más grande preocupación . Se lavaban el cabello con agua de quillay, a imitación de las indias mapuches . Conocián además las cualidades del huevo, el limón, que reemplazan a todos los champúes de hoy. (Fragmento de un texto del libro"Barajas de Chile", editorial grijalbo, 1998)
( puede continuar ....)
2 comentarios:
¡¡Qué hermoso relato!!
Lo disfruté.
América me emocioné con ese dia lleno de poesía que tuvo con tan distinguido señor, y me ha alegrado mucho que haya pasado por la Aldea, seguiré atenta a sus escritos. Saludos .Ari
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