Hoy 1º de diciembre es el Aniversario de la partida de mi padre, Hugo Francisco José, de su partida prematura a los 51 años, en el mismo més que había nacido un día 11 , dejándo a su esposa y 3 hijos: Hugo de 4 años, Sandrita de 2 años, Anita de 16 años de su matrimonio ...y a mi , con 20 años, una hija de 6 meses, su primera nieta, que él adoraba : orgulloso la lucía en sus brazos y mostraba a sus vecinos ,amigos.
Imagino que hoy ,con la misma ternura, el mismo amor, lo haría con su nueva nieta la pequeña María Esperanza, hija de Hugo y Ximenita.
Imagino que hoy ,con la misma ternura, el mismo amor, lo haría con su nueva nieta la pequeña María Esperanza, hija de Hugo y Ximenita.
Tuve la alegría de tener a nuestro padre, unos años más que ellos y conservar in mente aún, el tesoro de muchas conversaciones nocturnas a solas,compartidas en la cocina de la casa y conocer sus agrados literarios, la música que amaba ( la música lírica y los tangos, en especial los de Gardel) sus recuerdos de niño, su amor por sus padres, sus hermanos y primos y por esa Italia bella, patria de sus progenitores, que veneraba, como asimismo a sus escritores y artistas.
Hoy quisiera tomar en mis manos su cuaderno empastado de color café , escrito con tinta verde y poder leer su poesía. Libro que ya no existe, porque no se sabe donde quedó, junto con algunas fotografías de mi infancia, que el guardaba en su "comodino" con llave y era el portador de sus secretos tesoros (mueble cuyo nombre , viene de sus padres italianos, de Florencia (Firenze): Ugo Comparini Piccioli y Ameriga Celeste Boni Alessandrini de familia Romana).
Hoy quisiera tomar en mis manos su cuaderno empastado de color café , escrito con tinta verde y poder leer su poesía. Libro que ya no existe, porque no se sabe donde quedó, junto con algunas fotografías de mi infancia, que el guardaba en su "comodino" con llave y era el portador de sus secretos tesoros (mueble cuyo nombre , viene de sus padres italianos, de Florencia (Firenze): Ugo Comparini Piccioli y Ameriga Celeste Boni Alessandrini de familia Romana).
Quisiera decir tanto de él y poder transmitirle a mis hermanos menores como era, ahora que han pasado más de 40 años y soy una mujer mayor; pero las palabras se aprietan en la garganta y no salen, y quisiera no olvidar el sonido de su voz, su risa, sus gestos, el color de cabello ondulado,castaño claro con reflejos dorados, como los de Esperancita. No he olvidado sus bellos ojos claros, a ratos grises, celestes o verdes, alegres o tristes , porque suelo reencontrarlos en el espejo cuando me miro....y eso me conmueve.
Inmersa en la emoción, solamente puedo decir que los amaba profundamente a cada uno y que les recibió con una alegría inmensa, que los disfrutaba como una bendición y era un padre amoroso,tierno, consentidor , bueno para regalonearlos y expresar el cariño, que era un hombre sensible, un poeta, de hermosa letra estilizada e inglesa, que prefería la tinta verde, que de pequeño sus padres le llamaban "el pequeño escribiente florentino", como el del Libro "Corazón", que nos solía leer en la infancia .
Nuestro padre, fue el hombre más solidario y generoso que conocí, el más tierno con los niños, el más dulce con los bebés, con las personas que sufrían , con los desvalidos, con los que tenían necesidades,que no tenía prejuicios y no hacía diferencias sociales, buen esposo, buen padre, buen hijo, mejor hermano, buen cuñado, amoroso tío, cálido abuelo de mi primogénita y un gran compañero de trabajo, (aún recuerdo la Iglesia del Cementerio Católico repleta , desbordando de gente, hasta afuera de la capilla ardiente, con flores por doquier, entre ellas una ofrenda floral con las letras "SANTIAGO WATTS, Sindicato de los Trabajadores de Ferrocarriles de Chile, al cual pertenecía y siempre llevaba puesta en la solapa de su traje la insignia, junto a la del Audax Club Italiano.
Mi padre fue el que me enseñó que lo más noble y grande que uno tiene son los valores ,la honestidad, el respeto, y la gran responsabilidad de no mancillar jamás el apellido, también me transmitió el gusto por los libros, la lectura. Junto a mi hermana Anita , nos llevó a conocer lugares hermosos , con historia, a mostrarnos a los grandes maestros y sus obras , como el Museo de de Bellas Artes, la Catedral, Iglesias Barrocas, su conmovedora y respetuosa actitud frente a la oración,con una rodilla en el suelo y su mano derecha cubriendo su rostro, su profunda fé en Cristo, su amor y devoción por la Virgen María , la Virgen de Lourdes, a cuya Gruta nos solía llevar el día domingo a misa, pasándo por la la Quinta Normal, mostrándonos sus jardines, pájaros, árboles exóticos e invernaderos, sus museos, el Parque Forestal, la Fuente Alemana,el Cerro San Cristobal, el Cerro Santa Lucía, que diseñó un tío suyo, hermano de su madre Angelo Boni Alessandrini, el Estadio nacional donde compartíamos la pasión por los equipos de nuestros amores: él por Audax Italiano y Ferrobadminton, yo por la Universidad de Chile.
Lo vi realizar muchas cosas con sus manos, arreglándo cuánto desperfecto surgía en la casa y con una gran maleta repleta de herramientas, que ordenaba con delicadeza; pero lo más bello que vi salir de sus manos, aparte de sus caricias en mi cabello cuando me tapaba y me disponía a dormír, eran unas hermosas pipas, que tallaba de palos de guindo y de rosas, que le hicieron ganar un Primer Lugar en una exposición del Banco del Estado , en una sala, que existía en el subterráneo de una galería ubicada en San Antonio con Huérfanos, donde estaba el Cine Tívoli, lugar que daban películas para niños. Después de jubilar de FFCC, se construyó una habitación cercana a la terraza de la casa, donde restauraba libros, los empastaba , coleccionaba, leía y sentaba a mi pequeña hija, conversándole, mientras yo trabajaba atendiéndo una librería y otros quehaceres.
¡ Qué decir de su hermosos jardín , que parecía un vergel, donde cultivaba diversas plantas y entre ellas hermosas rosas, que iba a comprar a los invernaderos y jardines de Buín¡ en fin tanto hermoso y mágico, que sólo él podía dar.
Nuestro padre, fue el hombre más solidario y generoso que conocí, el más tierno con los niños, el más dulce con los bebés, con las personas que sufrían , con los desvalidos, con los que tenían necesidades,que no tenía prejuicios y no hacía diferencias sociales, buen esposo, buen padre, buen hijo, mejor hermano, buen cuñado, amoroso tío, cálido abuelo de mi primogénita y un gran compañero de trabajo, (aún recuerdo la Iglesia del Cementerio Católico repleta , desbordando de gente, hasta afuera de la capilla ardiente, con flores por doquier, entre ellas una ofrenda floral con las letras "SANTIAGO WATTS, Sindicato de los Trabajadores de Ferrocarriles de Chile, al cual pertenecía y siempre llevaba puesta en la solapa de su traje la insignia, junto a la del Audax Club Italiano.
Mi padre fue el que me enseñó que lo más noble y grande que uno tiene son los valores ,la honestidad, el respeto, y la gran responsabilidad de no mancillar jamás el apellido, también me transmitió el gusto por los libros, la lectura. Junto a mi hermana Anita , nos llevó a conocer lugares hermosos , con historia, a mostrarnos a los grandes maestros y sus obras , como el Museo de de Bellas Artes, la Catedral, Iglesias Barrocas, su conmovedora y respetuosa actitud frente a la oración,con una rodilla en el suelo y su mano derecha cubriendo su rostro, su profunda fé en Cristo, su amor y devoción por la Virgen María , la Virgen de Lourdes, a cuya Gruta nos solía llevar el día domingo a misa, pasándo por la la Quinta Normal, mostrándonos sus jardines, pájaros, árboles exóticos e invernaderos, sus museos, el Parque Forestal, la Fuente Alemana,el Cerro San Cristobal, el Cerro Santa Lucía, que diseñó un tío suyo, hermano de su madre Angelo Boni Alessandrini, el Estadio nacional donde compartíamos la pasión por los equipos de nuestros amores: él por Audax Italiano y Ferrobadminton, yo por la Universidad de Chile.
Lo vi realizar muchas cosas con sus manos, arreglándo cuánto desperfecto surgía en la casa y con una gran maleta repleta de herramientas, que ordenaba con delicadeza; pero lo más bello que vi salir de sus manos, aparte de sus caricias en mi cabello cuando me tapaba y me disponía a dormír, eran unas hermosas pipas, que tallaba de palos de guindo y de rosas, que le hicieron ganar un Primer Lugar en una exposición del Banco del Estado , en una sala, que existía en el subterráneo de una galería ubicada en San Antonio con Huérfanos, donde estaba el Cine Tívoli, lugar que daban películas para niños. Después de jubilar de FFCC, se construyó una habitación cercana a la terraza de la casa, donde restauraba libros, los empastaba , coleccionaba, leía y sentaba a mi pequeña hija, conversándole, mientras yo trabajaba atendiéndo una librería y otros quehaceres.
¡ Qué decir de su hermosos jardín , que parecía un vergel, donde cultivaba diversas plantas y entre ellas hermosas rosas, que iba a comprar a los invernaderos y jardines de Buín¡ en fin tanto hermoso y mágico, que sólo él podía dar.
Nuestro padre amaba la Navidad y los primeros días de diciembre, preparaba el pesebre maravilloso, que ocupaba una pared entera del living de la gran casa antigua donde viviamos, con cerros, montañas, pastores, ovejas, reses y terneritos, un sin fin de animalitos, piletas donde nadaban patos, y era un espejo recubierto de pastos, preparados con trigo que sembraba en trozos compactos, en octubre, para acompañar la decoración. Rondaban las familias de gallinas, algunas encumbradas en empalizadas, otras en sus canastos poniendo huevos, o caminando con sus polluelos. Todo ésto conformaba cuadros campestres hermosos, de un pesebre italiano de cerámica, que había comprado en la "Casa Jeanne D' Arc,", tienda de artículos religiosos , ubicada en la calle Ahumada, lugar que nos llevaba con mi hermana todos los años a ver el hermoso pesebre que allí preparaban y donde mi padre compraba cada año algo nuevo para incrementar en su pesebre. Yo era su ayudante,en esta labor, la que le preparaba las tachuelas y las clavaba en pequeños cuadraditos de cartón, o le pasaba el martillo, a veces de malas ganas, recuerdo que era angustiante y cansador, porque él, era exageradamente detallista y minucioso en su "obra de arte". Una vez que preparaba los cerros, grutas , con altos y bajos , con el papel de cartón piedra áspero y tornasol, en pliegos extendidos en el suelo y selecionados previamente, lo que le llevaba horas, como un niño cuidadoso y perfeccionista, iba armando las situaciones con animalitos y personajes: algunos retozaban en las colinas con sus ovejas, con su ganado u otros se dirigían en peregrinación hacia el pesebre, con regalos para el niño, que era lo primero que instalaba, junto a los Reyes magos, personajes de otro nivel , que descendían elegantemente vestidos por una colina , que desembocaba en el camino a "Belén", altivos, sobre sus camellos, mirando fijamente una estrella de gran cola, suspendida sobre el pesebre ,con un hilo casi invisibley custodiada por dos ángeles.
Previamente había instalado las luces eléctricas, con ampolletas de colores, escondidas estratégicamente, que iluminarían principalmente el pesebre , el camino y los personajes, por orden de importancia.
Mi padre era un gran artista, un constructor de sueños, de magia. Todo era precioso, y muchas personas iban a visitar este bello nacimiento.
¡Y qué decir del gran árbol de Navidad¡ Lo hacía con un gran pino, autentico, que se conseguía de algún bosque, por donde pasaba en el tren que conducía. Un árbol maravilloso, que tocaba con la punta de una estrella plateada el cielo raso e inundaba toda la casa con su aroma; llenaba cada rama de cientos de juguetes pequeños preciosos. Recuerdo que ayudarlo a pasarlos (humilde función la mía) me distraía,algunas a veces escuchaba su voz seria, llamándome, porque me quedaba encandilada sacándolos de la caja, herméticamente guardada todo el año, y apretándolos en mis manos embelesada.
Sé que esta costumbre la heredó de su madre, muy religiosa , quien lo hacía con figuras de loza italiana.
Como si fuese poco construir este bello Nacimiento, mágico y hacernos regalos maravillosos inesperados, preparaba unos licores y mistelas deliciosas, para servir a los invitados que venían a ver el pesebre. La tía Bertita, que ya era adulta mayor, prima del Tata , padre, de Cecilia, esposa de mi padre y la mamá de mis hermanos, que cocinaba como los dioses, era la degustadora oficial de estos elixires, que opinaba si les faltaba un poco más o menos de aguardiente o almibar, y que tenía muy buena cabeza" (nunca se mareaba ) Con mi hermana, siempre muy atentas, nos encargabamos de "limpiar "los vasitos pequeños, de las visitas, bebiéndonos a escondidas y a sorbos con frucción " los conchitos" de licor, que los invitados muy educados ,siempre dejaban una "reserva", antes de pasar al comedor a tomar el té o merendar...
Previamente había instalado las luces eléctricas, con ampolletas de colores, escondidas estratégicamente, que iluminarían principalmente el pesebre , el camino y los personajes, por orden de importancia.
Mi padre era un gran artista, un constructor de sueños, de magia. Todo era precioso, y muchas personas iban a visitar este bello nacimiento.
¡Y qué decir del gran árbol de Navidad¡ Lo hacía con un gran pino, autentico, que se conseguía de algún bosque, por donde pasaba en el tren que conducía. Un árbol maravilloso, que tocaba con la punta de una estrella plateada el cielo raso e inundaba toda la casa con su aroma; llenaba cada rama de cientos de juguetes pequeños preciosos. Recuerdo que ayudarlo a pasarlos (humilde función la mía) me distraía,algunas a veces escuchaba su voz seria, llamándome, porque me quedaba encandilada sacándolos de la caja, herméticamente guardada todo el año, y apretándolos en mis manos embelesada.
Sé que esta costumbre la heredó de su madre, muy religiosa , quien lo hacía con figuras de loza italiana.
Como si fuese poco construir este bello Nacimiento, mágico y hacernos regalos maravillosos inesperados, preparaba unos licores y mistelas deliciosas, para servir a los invitados que venían a ver el pesebre. La tía Bertita, que ya era adulta mayor, prima del Tata , padre, de Cecilia, esposa de mi padre y la mamá de mis hermanos, que cocinaba como los dioses, era la degustadora oficial de estos elixires, que opinaba si les faltaba un poco más o menos de aguardiente o almibar, y que tenía muy buena cabeza" (nunca se mareaba ) Con mi hermana, siempre muy atentas, nos encargabamos de "limpiar "los vasitos pequeños, de las visitas, bebiéndonos a escondidas y a sorbos con frucción " los conchitos" de licor, que los invitados muy educados ,siempre dejaban una "reserva", antes de pasar al comedor a tomar el té o merendar...
Pero a pesar de los cientos de recuerdos, las palabras no salen y quisiera decirle a mis hermanos, lo mucho que significan para mi, que los amo , porque cada uno de ellos lleva impresa una característica de nuestro padre, en hábitos o parecido y que compartimos sus genes....pero la emoción, los recuerdos me anulan y sólo puedo dejar este video como homenaje al "nostro babbino", que amó a Chile, donde nació y amó a esa Italia maravillosa de sus padres..y la música lírica que aprendió viendo cantar a su padre, que adoraba.
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