lunes, noviembre 09, 2009

RODOLFO RESCAGLIO ó REQUIEM PARA MI PRIMO RODOLFO RESCAGLIO


Este fin de semana, buscando unos libros en un baúl, encontré una Antologia "Pajaros en la Isla", donde publiqué un poema , a mi primo Rodolfo Rescaglio Silva, de 33 años, hermoso, bello de cuerpo y alma, buen padre, hijo, hermano, sobrino, amigo,lleno de sueños , casado, padre de familia ,que fue brutalmente asesinado por la dictadura, cumpliendo funciones laborales, en su trabajo, ubicado en el Cerro Santa Lucía... paradojalmente, este cerro, en su comienzo, fue ornamentado por orden de Benjamin Vicuña Mackenna por Angelo Boni Alessandrini, hermano de Ester Boni Alessandrini, casada con Eliseo Rescaglio, ambos profesionales: uno arquitecto y el otro ingeniero, de nacionalidad italiana, que fueron contratados por entidades chilenas para construir progreso en Chile....Eliseo Rescaglio fue el bisabuelo de Rodolfo ..y el tío Angelo murió sin terminar su obra y continuándola un chileno.....
Vanos intentos hizo la familia por esclarecer la verdad y castigar a los culpables, que eran intocables en esa época; hasta el Diario "El Fortin Mapocho", salió en su defensa entrevistando a su joven viuda, que había hecho a Rodolfo padre de una pequeña , que tenía 4 años..pero como era lo general, lo habitual, su muerte quedó impune y su madre murió con esa tristeza en el corazón..Los que amamos a Rodolfo no lo olvidaremos jamás..vivirá siempre en nuestro recuerdo, con su sonrisa hermosa, su cabello dorado y sus pasos largos y su figura alta, atlética, siempre solícito y amable.


REQUIEM A RODOLFO RESCAGLIO


(1987)




Amortajada


con las cuencas vacías


exprimidas por el llanto


el corazón contrito


hasta la saciedad


te contemplo atónita




En el suelo yaces


pariendo desamparo


brutalmente coronado de rosas rojas




Tu cuerpo joven y bello


desgarrado


desangrado


malherido


parecieras un guerrero etrusco


azolado por la furia de Sila




Nevados picachos


estrellas negras


se burlan


caracajadas siniestras


remecen las grietas todas


de esta larga faja de tierra tan herida




Desvarío


enloquezco


me crecen garfios en las manos


Impotente cerceno mis oídos


arranco mis cabellos


y grito:


¡NOOOOOOOOOOOOO¡


¡Rodolfo No¡


para aplacar esta tremenda blasfemia de tu muerte.








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